El Desierto
Desde épocas ancestrales el desierto ha sido un ecosistema cautivador; los millones de personas que lo visitan regresan con otra visión de la vida en la tierra. Y es que el desierto es fascinante, con un espíritu propio que no puede explicarse con palabras simples.
El desierto ha permanecido intacto a lo largo del tiempo, como un último bastión de la naturaleza que insiste en maravillarnos con sus exóticas formas e intrincadas ecologías, compuesta por formas de vida inimaginables que a la menor provocación nos ofrecen todo su colorido y magnificencia.
Qué es desierto.
Más del 14% de la superficie del planeta está ocupada por desiertos, situados principalmente en áreas vecinas a los trópicos. En este bioma el factor limitante es el agua: las precipitaciones no llegan a los 250 mm por año, mientras que la temperatura media anual es de 30'C. Los desiertos no son regiones muertas. Después de una lluvia repentina, una superficie arenosa se puede poblar de plantas, flores y pequeños animales
También aportan sequedad las corrientes marinas frías que pasan por las costas de algunos continentes formando desiertos de franja, como el de Atacama, en Chile. En los desiertos tropicales cálidos, cuyo ejemplo típico es el Sahara, la escasez de vapor de agua en la atmósfera hace que un 90% del calor del sol llegue hasta el suelo.
De noche, la temperatura baja con rapidez porque ese calor se disipa en la atmósfera.
Para la mayoría de las personas el desierto es un lugar extenso, árido, estéril, deshabitado y cubierto de arena. Sin embargo, las zonas áridas son hogar de una gran diversidad de plantas y animales y del 13% de la población humana mundial. Una gama impresionante de colores que van desde el blanco más brillante, hasta el rojo y negro más profundos, pasando por algunas tonalidades de verde y azul. Plantas, reptiles y aves conforman un interesante calidoscopio de formas, patrones y colores. Así es el desierto, uno de los ecosistemas más emocionantes, variados y útiles para los humanos.
El desierto más extenso del mundo es el Sahara.Se extiende sobre casi 9.000.000 de km2, en el norte de África y en la península Arábiga. Registra las temperaturas máximas del planeta (hasta 58º C), y tiene tres tipos de terreno: hamadas o mesetas rocosas, regs o desiertos de piedras, y ergs o extensiones donde la arena forma médanos o dunas de hasta 200 m de altura. En tiempos antiquísimos el Sahara disponía de agua en cantidad suficiente, con flora y fauna muy ricas, según lo atestiguan pinturas sobre rocas de hace unos 5.000 años.
Los suelos de los desiertos son, en general, sumamente áridos y están compuestos de arena. A pesar de la dureza de las condiciones, donde surge el agua de las napas profundas aparecen los oasis muy ricos en vegetación.
Los oasis
En los desiertos de Asia y de África se llama oasis a los islotes de vegetación y concentración faunística. Su ubicación a lo largo del territorio determinó, en tiempos prehistóricos, las migraciones humanas y las rutas de las caravanas. En sus márgenes surgieron aldeas y ciudades. Un oasis es una fuente permanente de agua potable, un manantial junto al cual crecen palmeras, olivos y árboles frutales, y se pueden desarrollar actividades agrícolas y de cría de ganado. En varios países africanos y asiáticos se ha intentado, con éxito, crear oasis artificiales mediante la extracción del agua de las napas profundas.
FAUNA
Los animales también tienen diversas estrategias para sobrevivir a las duras condiciones del desierto.
Algunos ponen huevos muy resistentes a las condiciones de sequedad, los que suelen sobrevivir durante años hasta que se den nuevamente las condiciones de humedad que permitan su desarrollo.
Los pocos anfibios que existen en los desiertos son animales capaces de permanecer largo tiempo en letargo (somnolencia) durante los períodos secos; así, al igual que las plantas e insectos, esperan que llegue alguna lluvia para aparearse y poner huevos. Tal es el caso de la ciclorama, de Australia, que puede permanecer en letargo, enterrada en el suelo, por varios años.
Muchos animales del desierto, como aves y roedores, mantienen reducidas poblaciones y solo se reproducen después de las precipitaciones de invierno, cuando el crecimiento de la vegetación asegura el sustento.
La mayoría de los animales que habitan en el desierto no beben casi nada de agua, obteniéndola del propio metabolismo de los alimentos, como es el caso de los almidones, que al metabolizarse, producen dióxido de carbono y agua, los que les permite vivir sin beber por largos períodos de sequía.
La mayoría de los animales que viven en el desierto aprovechan de salir cuando las condiciones son favorables, sobre todo en el amanecer y el crepúsculo, evitando los grandes calores diurnos y los extremos fríos de la noche, cuando permanecen en sus madrigueras.El caso de los mamíferos, por su extraordinaria importancia al ocupar los dos niveles de consumidores: primario y secundario, los mamíferos en el Desierto Chihuahuense suman alrededor de cien especies de importancia ecológica y económica
Interacciones ecológicas, a las relaciones que sostienen las especies entre sí se les llama interacciones ecológicas. Estas pueden afectar en forma positiva, negativa o neutra el crecimiento de las poblaciones. Murciélagos
Una de las principales muestras de adaptabilidad de los animales a las condiciones específicas del desierto, es su capacidad para desarrollar hábitos nocturnos de casa y alimentación, lo que les permite evitar las altas temperaturas diurnas.Los animales del desierto han desarrollado distintas maneras de comportarse durante la noche. Algunos de ellos viven únicamente en el Desierto Chihuahuense, como la especie del murciélago conocida como magueyero, pues gran parte de su alimentación está relacionada con el néctar y polen de los magueyes
Existen 138 especies de murciélagos y de ellas 26 habitan en el desierto. Los murciélagos que viven en zonas áridas se dividen en 4 grupos: consumidores de néctar y polen, cazadores de insectos, consumidores de frutos y una sola especie que se alimenta de sangre.Siempre relacionados con supersticiones, la imagen de los murciélagos bebedores de sangre nos ha llevado a pensar erróneamente que todos estos mamíferos voladores son nocivos para el hombre. Sin embargo, los murciélagos tienen una enorme importancia al ocupar diferentes eslabones en las cadenas alimenticias de los desiertos
Entre los consumidores secundarios predominan los que comen insectos y entre los primarios se encuentran los que se alimentan de néctar y polen. Las cuevas, refugios de estos organismos durante el día, son usadas para descansar entre períodos de alimentación. Al atardecer salen a buscar alimento.
FLORA
Aunque las suelos del desierto son muy secos, es posible encontrar vida en gran parte de ellos. Todos los desiertos, incluyendo los más áridos, albergan vida en su superficie, desde vegetales, a veces poco aparentes, hasta curiosos animales, los que son capaces de adaptarse a este difícil medio en que les tocó vivir.Las plantas, por ejemplo, han desarrollado sus propias formas de conservar y utilizar el agua, como una forma de supervivencia. Puede ser que sus semillas permanezcan en el suelo incluso durante años, hasta que las precipitaciones las mojen y vuelven a brotar. Esto ocurre con el fabuloso desierto florido que adorna nuestro país en años lluviosos, donde las plantas tienen una vida muy corta; es decir, germinan, brotan, florecen, asemillan y mueren en un tiempo muy breve. Otras plantas, como las leñosas, en cambio, desarrollan otras estrategias: o tienen grandes raíces, capaces de alcanzar fuentes de agua a gran profundidad, o las extienden para captar rápidamente la humedad del rocío o las lluvias ocasionales. Normalmente, las hojas de las plantas del desierto son muy pequeñas, facilitando la conservación del agua, ya que su área de transpiración es más reducida.
Quizás las plantas de desierto más conocidas y mejor adaptadas son las suculentas (carnosas), entre las que destacan las cactáceas (cactus), que tienen tallos y raíces carnosos capaces de almacenar agua para períodos críticos. Han perdido sus hojas, disminuyendo al mínimo la transpiración. La fotosíntesis, propia de las hojas, la realizan los tallos, provistos de clorofila, los que además tienen una cutícula cerosa para disminuir la pérdida de agua.
Tipos de vegetación
Tipos de vegetación
En el desierto existen cuatro principales formas de vegetación:
• En primer lugar están las plantas cuyo ciclo de vida depende de las precipitaciones ocasionales y crecen solo cuando hay humedad, es decir, cuando llueve. En tal caso sus semillas germinan, brotan, florecen y producen nuevas semillas con gran rapidez.
• Por otro lado están los matorrales, que normalmente se presentan con ramas tortuosas desprovistas de hojas, pero cuyas largas raíces penetran en la profundidad del suelo hasta alcanzar la humedad. Estos se desarrollan básicamente en desiertos fríos. Sus hojas se caen al poco tiempo, quedando como vida latente hasta el próximo período de lluvia.
• Otro tipo de vegetación desértica son las plantas que acumulan agua en sus tejidos, como son los cactus descritos con anterioridad. Cabe señalar que todos los cactus son originarios de América, y de ellos en Chile existen alrededor de 180 especies, la mayoría de las cuales se desarrollan en el extremo norte.
• Finalmente está la microflora, donde destacan los líquenes, que sobreviven incluso en las peores condiciones de humedad, gracias a la simbiosis de las algas y los hongos que los conforman
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